25 Agosto 2016
Este post fue reposteado desde una fuente ahora no disponible.
La mujer llora en silencio. Las débiles llamas iluminan su rostro; tan demacrado y tan bello. —No quiero ver a mi hijo morir —dice. El hombre comprende; él tampoco quería, pero no había más remedio. Besa a su mujer en los labios, y la abraza. —Te quiero —le dice. —Yo también. Y aprieta el gatillo. La llama disminuye y desaparece. Si hubiera leña, la reavivaría, pero no hay leña.
http://palabrasnarradas.over-blog.com/2016/08/final-sin-fin.html